Macarrones con zombi by Joan Antoni Martín Piñol

Macarrones con zombi by Joan Antoni Martín Piñol

autor:Joan Antoni Martín Piñol [Martín Piñol]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: F
editor: SAGA Egmont
publicado: 2021-07-18T00:00:00+00:00


17

Tapados con una colchoneta, nos arrastramos hasta la ventana abierta.

Lo primero que hice fue mirar abajo, claro. Y me entró el vértigo.

—Huy, es que... Si acaso, pasad vosotros primero.

—No tema, señor cocinero. La altura no es peligrosa. Lo que hace daño es la caída. Con no caerse, todo arreglado —aconsejó Pablito.

—Tú lo ves todo muy fácil, ¿no, empollón? —le solté.

—Es lo que tiene haber estudiado —me contestó él.

Mientras nosotros hablábamos, Natalia ya había puesto un pie en la cornisa. Entonces, oí gritos, giré la cabeza y vi que Estiércol venía corriendo hacia la ventana, perseguida por decenas de niñozombis en pantalón de gimnasia.

Pablito salió al exterior siguiendo a su amiga, y cuando Estiércol saltó encima de mí y se me agarró al pecho como un bebé indefenso, no tuve más remedio que cruzar la ventana.

Empecé a avanzar paso a paso, mientras el entrenador Balboa se ponía a perseguirnos por la cornisa.

Con su simpatía habitual, fue dando puñetazos contra la pared donde segundos antes había estado mi cabeza. Y por los boquetes que dejaban los golpes, recé para que no acertara ni una sola vez.

Estiércol lo solucionó rápido. Soltó un escupitajo que cayó en medio de la cornisa. Balboa lo pisó, resbaló y se fue para la calle.

No sufráis, que, como era zombi, no le pasó nada.

Desde las baldosas rotas de la calle, se levantó como si acabara de caer encima de una colchoneta y rugió de rabia, soltando muchas palabrotas en zombiesco que no voy a traducir.

Mientras tanto, nosotros aprovechamos para seguir caminando por la cornisa y llegar hasta uno de los tejados interiores del Saint Grímor.

Una vez mi corazón se hubo calmado de los nervios y hube acariciado a Estiércol para darle las gracias, les dije:

—Bueno, ahora que os hemos salvado la vida, ya podéis estar pensando algún plan magistral para tranquilizar a todos los zombis de la ciudad.



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